Cuando yo cumplí 18 años, en enero de 1958, conocí a Augusto, que era un amigo de Jorge. Él tenía 24 años y yo 18. Era militar, alto, rubio, de ojos verdes muy reidores, labios gruesos, muy buen mozo, con cara y cuerpo de alemán, macizo. De carácter orgulloso, celoso, muy absorbente, muy alegre, amistoso, un poco niño.Le encantaba bailar y escuchar música, era muy observador. Al principio venía a conversar conmigo para mitigar su pena, de su ruptura con su polola, pero luego de 15 días de amistad ya ni hablaba de ella.
Jorge, mi amigo, que siempre venía a verme, comenzó a distanciar su amistad y comenzó a preguntarme si le estaba poniendo el gorro con Augusto. Pero la verdad que Augusto me empezaba a gustar mucho y él en cuanto salía los viernes de la Escuela, antes de pasar a su casa, venía a la mía y luego, sábado y domingo. Todo el tiempo estaba conmigo, hasta la noche conversando. Prácticamente vivía en mi casa. Así pasaron tres meses, yendo al cerro tomados de la mano, escuchábamos música, conversábamos. También íbamos al Parque Forestal o ensayábamos pasos de rock en la casa, tomábamos once y no nos cansábamos de estar juntos.
Nunca se acababan nuestros temas de conversación. Yo sentía que día a día esta amistad se iba convirtiendo en amor, pero el continuaba diciendo a todo el mundo que éramos amigos. Y la verdad el no me tocaba ni un pelo. Pero era una amistad curiosa, porque hasta Jorge, que era su mejor amigo, no le gustaba a Augusto que mi amigo Jorge viniera a verme.
Un sábado que estábamos con nuestros amigos bailando, Jorge se acercó a sacarme a bailar y le dijo:
Un sábado que estábamos con nuestros amigos bailando, Jorge se acercó a sacarme a bailar y le dijo:
“¿Puedo sacar a bailar a tu polola?” -“No es mi polola”, dijo Augusto y se puso rojo de ira.
Bailé con Jorge y éste me decía que Augusto estaba enamorado de mí y no quería reconocerlo.
-“Yo al menos reconozco que es mentira; que me está quitando olímpicamente a mi amor, haciéndose el amigo. No le creo nada” Yo le decía que éramos “amigos”. -“Si, amigos, sólo le falta convertirse en tu sombra”, decía Jorge.
La verdad yo tampoco entendía mucho esta amistad, donde él me acaparaba a tal punto, que no podía bailar ni con su mejor amigo, ni con mi primo Lautaro, ni con sus amigos militares, ni con nadie más que él. Yo tenía que estar con él solamente. Esta relación era sin manifestaciones sexuales, pero sí, muchos celos de su parte y mucho amor de mi parte. Yo siempre esperaba un beso, una declaración de amor, pero nunca llegaba. Yo pensaba que él no se daba cuenta que estaba enamorado.
Pasaban los meses, el continuaba con su misma cantinela de la amistad y soportaba en forma estoica las bromas pesadas de sus amigos, como: -“Ponte los pantalones y reconoce que estay enamorado”, “Se te cae la baba”, etc. El se molestaba mucho pero no cambiaba de actitud. Los milicos le decían: -“Como es que cuando vamos a tu casa…. ¡siempre estay aquí! Ahora ya ni nos hablas. Por ti estuvieran tú y ella, nadie más. No dejas que nadie se acerque a ella, estay muy inseguro que te la quiten”. -“¿Quien me la va a quitar? ¿A ver?, decía Augusto. -“Danos una oportunidad. Aquí hay varios que quieren pololear con ella. Te crees su dueño” Las tallas iban y venían pero él seguía en su actitud.
Pasaron tres meses más, me escribía unas cartas de amor muy hermosas, que me echaba tanto de menos, que yo era su vida, que toda la semana pensaba solo en mi, etc. ¡Cualquiera creería que estaba enamorado! Pero no, seguía diciendo a todos que éramos amigos. Cuando estábamos juntos me decía, que en lo único que pensaba en la escuela era en salir el viernes para ver esos ojos que adoraba, ese cabello de seda, tomar mis manos, abrazarme sin parar. -“Sueño contigo”, decía, “Y a veces tengo pesadillas que estás con otro hombre y me despierto angustiado y me alegro de ver que era sólo un sueño. Estar contigo es todo lo que deseo en la vida.” Y me abrazaba y me contemplaba como con devoción, “Si alguien te apartara de mí, me quitaría la vida, el aire que respiro…”. ¡Yo no entendía por qué no me pedía pololeo, entonces si tanto me quería!.
Hasta que esta situación llegó al límite, cuando mi primo Lautaro, que era aviador y tenía una corte de mujeres que se morían por él, era bien machito y el hombre más atractivo y buen mozo que he conocido en mi vida, estaba indignado, había bebido unas copas de más y estaba picado porque Augusto era el intocable y no dejaba que nadie bailara conmigo, ni conversara siquiera ¿Qué se cree?, decía, y los otros lo apoyaban y decían que “ni comía, ni dejaba comer a nadie”.
Lautaro era mi primo más querido, era un muchacho de tan buen corazón, a pesar de su vida bastante triste, porque fue abandonado por su madre, que se fue a EE.UU., y su padre se fue con otra mujer. El y sus hermanos, Ximena y Ernesto, fueron criados por su abuela Zulema.Lautaro se acercó a mí y me sacó a bailar. Quería ensayar sus pasos nuevos, que había aprendido en EE.UU. y necesitaba una niña flaca. -“Venga prima, ayúdeme a ensayar un paso”, dijo tomándome de la mano. A esto, que hace Lautaro, Augusto se para bruscamente como un rayo, monta en cólera y sujetando con fuerza el brazo de Lautaro le dice: -“¿Qué te pasa? La Toñi no va a bailar contigo. Conozco tu juego, crees que no sé qué andas tras de ella. Además estamos conversando.”
Lautaro reaccionó furioso y le dijo: “¿Qué te pasa huevón, que no dejas que nadie se acerque a la Toñi? Y decís más encima que eres amigo. Acepta de una vez que estay baboso por ella.” Poco hombre. Y si soy tan amigo de ella ¿Por qué no dejas el puesto a otros que quieren pololear con ella? -“¿Cómo tú?”, respondió rojo de ira Augusto. -“No, yo soy bien hombre pa’ mis cosas”, respondió Lautaro, “Cuando una mujer me gusta, lo demuestro y no me las ando dando de amigo.” Y volvió a tomarme de la mano diciéndome: -“Este pobre gallo esta chiflado por ti prima y no lo quiere reconocer. Está loco. Vamos prima” y me volvió a tomar la mano para bailar".
Augusto se puso de pie, rojo de ira, y le dijo: -“Te dije que no iba a bailar contigo borrachito. Si la tocas te pego ¡Mujeriego de porquería! ¿Crees que no sé todas tus aventuras amorosas?”
“Mira maricón”, dijo Lautaro, “Mis cosas con mujeres son asunto mío, no tuyo. Un hombre no cuenta sus cosas personales a otro ¿Acaso soy maricón?" Augusto parecía una fiera:-“Si tocas a la Toñi te pego” -“Tu, pegarme a mí", dijo Lautaro, ¿No eres hombre para reconocer que estay enamorado y vay a ser hombre para pegarme a mí?, rió Lautaro. -“Tu sabes que no se puede pelear con uniforme”, dijo Augusto -“¡Vaya! ¿En qué topo?", respondió Lautaro y se sacó la chaqueta. Augusto se sacó la chaqueta con tanta furia que se le soltó un botón. -“Ahora te las venís a dar de Bernardo O’Higgins”, dijo Lautaro y todos se rieron.
Augusto tiró un puñetazo en el rostro a Lautaro y le gritó: -“A ver si se te quita esa cara de niña bonita que tenis” El rostro de Lautaro comenzó a sangrar porque le pegó cerca del ojo. Yo, que hace rato trataba de separarlos y no me oían de lo furiosos que estaban, les grité: -“¡Llamaré a mi papá para que los eche, imbéciles!” Los amigos gritaban: “¡Dale Augusto!”¡Dale Lautaro!” Se creían los tarados que estaban en un ring. Yo fui a pedirle a Jorge que los echara a la calle. En ese momento Lautaro le dio un feroz puñetazo y gritó: -“A ver si se te quita lo alemán.”
Yo les gritaba que salieran de mi casa, los insultaba. Jorge agarró a Augusto y Julio Casado agarró de los brazos a Lautaro y los sacaron a la calle. -“¡Váyanse todos!”, grité, “¡No los quiero ver nunca más! ¡Mi casa no es un centro de boxeo, estúpidos! ¡FUERA DE AQUÍ! ¡Han faltado el respeto a mi casa! Den gracias a Dios que no está mi papá ¡Idiotas! Siempre Jorge Contardo, mi amigo, con sus salidas graciosas, se paró y dijo: -“¡Lindo fin de semana! ¡Ni siquiera comí y se acabó la fiesta! ¿Quien se va a comer y beber todo esto? -“Y tú también sale”, le grité, “Anda con tus chistecitos a otra parte”
¡ASI ACABO ESTE FIN DE SEMANA!
“LA RECONCILIACIÓN”
Después de dos semanas que no respondí a Lautaro ni a Augusto, que vinieron a pedirme perdón por la pelea en mi casa, comenzó a darme lastima tantas veces que vinieron a humillarse y los perdoné. Augusto estaba tan feliz, que parecía un niño: "¡Me haces tan feliz! ¡Nunca había sufrido tanto en mi vida!”, y lloraba y se abrazaba a mí repitiéndome: Tu eres mi vida, tu eres mi vida.” Fuimos al cerro a pasear, era primavera, había un sol esplendoroso, lleno de flores y pájaros trinando.
Nos sentamos en un banco que detrás tenía un inmenso aromo. Todo el ambiente estaba impregnado de ese exquisito olor. El cerro repleto de dedales de oro y un cielo espectacular, como que toda la naturaleza estaba en sintonía con nuestra alegría. ¡Augusto estaba tan feliz! Parecía un niño, irradiaba una felicidad luminosa. Sus ojos verdes brillaban al sol ¡Me conmovió tanto!
Era como un niño en verdad. Me abrazaba una y otra vez y me repetía:-“Me has devuelto la vida. Tu eres mi vida.” Me tomó en brazos girando conmigo como un carrusel. Yo le gritaba que me estaba mareando, que parara. Pero el no hallaba qué hacer de contento. Sacaba flores y decía:-“Flores para mi reina”, me las ponía detrás de las orejas y en el vestido. Estaba muy nervioso. En un momento se acercó muy cerca, me contempló y me dijo:-“Eres una princesa” Yo deseé que me besara, él estaba luchando contra sus sentimientos.
Me tomó la mano y me dijo temblando con los ojos llorosos: -“Tu no sabes cuánto he sufrido todo este tiempo que tu no me querías perdonar. Sin poder verte, sentí que me faltaba la vida, la alegría ¡Nunca imaginé que existiera tanto dolor! Nunca olvidaré esos días. No podía hacer nada, ni estudiar, ni dormir. Te veía todo el tiempo. El Dr. que me vio en la Escuela, me preguntó si tenía algún problema. Y me puse a llorar en el consultorio. Le dije que no podía dormir y me dio unas pastillas.”Si sigues así tendrás que ver un especialista”, dijo.
Cuando al fin salía los viernes, te venia a ver y no querías verme, ¡me quería morir! ¡Tanto esperar y tu no me querías recibir! Yo no lo conté a nadie ¿Para qué?, Nada ni nadie me podía consolar. Lo único que anhelaba era verte y pedirte perdón. Ahora estoy tan feliz mi Cuchi.” Pero no me besaba ni me decía que me amaba. Yo no me atrevía a confesarle mis sentimientos por miedo a perder su amistad.
Pero yo consideraba que esos sentimientos, esas palabras que él me decía, eran las de un hombre enamorado, como le decían sus amigos ¿Por qué el no reconocía sus sentimientos? Para mí estas palabras se contradecían con la amistad ¿Sería que yo no le atraía? ¿Como decir que yo soy su vida? y ¿después insistir que éramos amigos? La verdad es que yo sufría mucho. Me sentía despreciada como mujer, no deseada. Tampoco me atrevía a tomar la iniciativa por miedo a su rechazo.
Luego, fuimos a otro lugar y él se sentó en una piedra, me cogió de la cintura, me acercó a él y se quedó contemplándome. Yo me puse nerviosa con su cercanía, me daban ganas de decir “Te quiero”, pero algo me lo impedía y esperé a que él se diera cuenta de sus sentimientos. Él no habló nada de lo que yo esperaba, sólo me contemplaba y decía:- “¡Que lindo es estar aquí contigo!” Y me empezó a apretar hacia él y me abrazó fuertemente, estaba con los ojos llorosos, me apretaba, con sus brazos, sin soltarme. Ponía su mejilla en mi mejilla, y su mejilla estaba ardiendo igual que la mía.
Nos quedamos así, uno junto al otro, en un momento infinito, abrazados, mejilla contra mejilla. Él me apretaba y me apretaba contra su pecho y no me decía nada de amor. Yo hice un intento de besarlo pero él quitó el rostro y me dijo: -“Vámonos mejor. Está haciendo frío” Yo sentí un balde de agua fría ante su rechazo, pero no dije nada.
Volvimos a casa, tomamos once. Se mostraba feliz, brillaban sus ojos y estaba rojo como tomate, no podía disimular su felicidad. Él lo único que hacía era contemplarme con el rostro iluminado de gozo. Luego cogió mis cabellos, los llevó a sus labios y los comenzó a besar con devoción. -“Me encanta tu pelo. Es casi azul y tan suave como una seda”, decía. Se acercaba cada vez más y más, yo sentía que me iba a estallar el corazón. Tampoco me habló de amor, ni me besó, solamente acariciaba mi rostro, mis cabellos y me miraba con adoración.
Yo no entendía qué pasaba, porqué demostraba como una adoración por mí y nunca reconoció su amor, continuaba diciendo que: “Éramos amigos ”. Yo me preguntaba:” ¿No estaré equivocada y no le gusto como mujer, solo como amiga?” Conversaba con mi hermana, que sabía lo que me pasaba y todo lo que él me estaba haciendo sufrir y me decía: -“Ese idiota, ¡está enamorado de ti hasta las patas! No te angusties, ya llegará el día que lo reconozca" Pero yo vivía en el colegio en la luna, comenzó a afectar mi rendimiento escolar.
Algunos días en vez de ir al colegio, me iba al parque, a vagar como una sonámbula. Sentía apretado el pecho, caminaba sin sentido y lloraba y lloraba. Estaba ausente de la realidad. Falté tantas veces a clases, que terminé perdiendo el año. Cuando me dijeron que perdía el año por inasistencia, yo no lo podía creer” ¿No tenía conciencia de haber faltado tanto?” ”¿Yo, repetir el año?”
Fue un golpe tremendo, que me hizo bajar a la realidad. Yo le conté a mi hermana, que era la única que sabía la razón, por la que yo estaba así. Entonces ella decidió tomar cartas en esto y fue un sábado a casa de Augusto: “Quiero saber si estás o no enamorado de mi hermana, como te pasas todo el día con ella. Yo creo que mi hermana está enamorada de ti y está sufriendo mucho, acaba de perder el año, esta desconsolada, tu sabes lo estudiosa que es, pero algo la ha estado perturbando y ha perdido su año, no sé qué hacer para ayudarla.” -“Nosotros somos amigos”, respondió Augusto.
Entonces mi hermana le dijo: -“Entonces ella no debe estar enamorada de ti. Yo me equivoqué, a lo mejor está enamorada de Carlos Salinas y por eso está sufriendo.” -“No”, respondió Augusto-“¿Se te ocurre que va a estar enamorada de ese infeliz? ¡Estas equivocada!” -“Bueno”, respondió Alicia, “Entonces si es así, como yo creo, que tal vez está enamorada de ti y por eso está sufriendo tanto, por si acaso te prohíbo que vayas a verla ¡Aléjate de ella, no vayas mas a la casa!” Augusto se puso rojo de ira y le respondió: -“Estás loca, eso es imposible ¿Qué diría ella si yo no voy más a verla?
Además, jamás podría dejar de ir a verla porque ella es mi vida.” -“Entonces tu estas enamorado de ella, si ella es tu vida”, dijo Alicia. -“No, no estoy enamorado de ella. Somos amigos” -“Muy bien, entonces este tiempo que vas a estar alejado de ella, a lo mejor te sirva para conocer mejor tus sentimientos. Para eso vas a tener harto tiempo, para pensar, a partir de hoy. ¡No vuelvas más! ¿Entendido?” Salió y en la puerta le dijo: -“Acuérdate, no vayas mas a verla, para que ella al no verte se olvide de ti y pueda enamorarse de otro hombre y logre dejar de sufrir.”
El respondió riendo: “ESO NUNCA VA A PASAR”, “TU ESTAS LOCO, ESTAS COMPLETAMENTE LOCO”, dijo Alicia. Y se fue.
“LOS CELOS DE AUGUSTO”
Mi hermana me contó toda su conversación con Augusto y me dijo: -“Olvídate de él, esta chalado. Todo el mundo sabe que está enamorado de ti, menos él.” Pasó una semana después de su conversación con Alicia y apareció igual en mi casa. Como Alicia vio que yo sufría tanto con esta ausencia, no le dijo que se fuera y ni le habló. Pensó que quizás algún día le caería la teja. Así continúa nuestra incomprensible amistad, él comportándose como siempre, me tomaba de la mano y me contemplaba todo el tiempo, como si contemplara a la Virgen María y de ahí no pasaba.
Un día fui a la peluquería y como era tan desconfiado se apareció en la peluquería y entró simplemente a ver si yo estaba ahí. Al ver un militar las mujeres se espantaron, porque unas se estaban depilando, otras semidesnudas haciéndose masajes, otras con rulos y otras con máscaras en la cara, gritaron: “¿Qué hace un hombre aquí?” A él no le importó nada, ni las miró, siguió avanzando y buscándome. Entonces Gerardo, el dueño de la peluquería le dijo: -Señor, esto es un salón de damas, no se permite la entrada de hombres ¿A quien busca? -“Busco a María Antonieta” -“Montecinos?” -“Si, Montecinos”, dijo Augusto airado, ¿Está o no está en la peluquería?-habló con autoridad. -“Si”,-respondió Gerardo-“Pero tendrá que esperarla afuera” –y lo hizo salir.
Se sonreía mientras lo sacaba de la peluquería. ¡Yo no podía creerlo! ¡Me dio una vergüenza! Las señoras me miraban sin entender. Entonces, sonriendo picarescamente, me preguntó: -“¿Es tu pololo?” -“No”-respondí-“Es un “amigo”” -“Amigo”-rieron a coro los otros peluqueros, burlándose. Me dijo Gerardo:-“Pero ese no parecía amigo, parecía más bien, por su actitud, un marido celoso” Todos rieron y me miraban como si fuera tonta, moviendo la cabeza. Yo me sentí pésimo, no quería ni mirar a las clientas. Cuando salí de la peluquería, uno me gritó: “¡SALUDOS A TU AMIGO!”- y todos se rieron.
Augusto hacía una hora que estaba parado afuera esperándome. Le dije: -“Pero ¿Por qué estás aquí? ¡Como se te ocurre entrar a una peluquería de mujeres!” -“Porque fui a buscarte y me dijo tu hermana que tal vez estarías en la peluquería o quizás habías salido con Carlos Salinas. Le pedí la dirección de la peluquería y vine a comprobar si realmente estabas aquí o con Carlos Salinas ¿Es verdad, estas saliendo con ese tipo?” dijo. -“Detesto a los hombres que andan arrastrando el poncho, haciéndose los amigos, pero tienen otras intenciones.” -. “¡Conozco a los de su clase!” -“¡Estás loco!” Respondí “¡Es solo un amigo, igual que tú! A veces va a mi casa y toca la armónica y yo lo acompaño al piano ¡Pero no somos más que amigos!” -“No te creo”-respondió “¡Seguro que ese tipo está enamorado de ti! ¡Qué tanto tiene que ir a verte, dándoselas de artista! ¡Puros cuentos! ¡Yo lo he visto y esta todo el tiempo con su risa estúpida, haciéndose el imbécil!” Yo pensaba para mis adentros: “Mi hermana lo dejó dudoso con Carlos, es mejor. Tal vez así comprenda que esta celoso”.
Estaba muy enojado y no me habló en un buen rato.Yo lo miré y dije: -“¿Pero que no ves que estaba aquí, cuál es tu enojo?” -“¿Por qué vienes a la peluquería ahora, quieres conquistar al futuro medicucho ese?” Hablaba en voz alta “Nunca terminaré de tener miles de moscardones a tu alrededor. Y como yo vengo el fin de semana ¡Qué sé yo a quien vez en la semana! ¿Crees que soy idiota? Todos esos imbéciles que se hacen los tontos y van a tu casa VAN POR TI. Yo nunca podré estar tranquilo, mientras tú los aceptes en tu casa. -“Pero si son amigos, igual que tú”-respondí molesta. Ya estaba harta de su historia, de que éramos amigos. -“Ninguno es amigo igual que yo, yo conozco a los hombres. Tu eres una ingenua, que te creerás ese cuento, pero yo no me lo creo.
Lo único que están esperando es que ojalá yo desaparezca, para pedirte pololeo”. -“Y eso, ¿Qué tiene?-respondí airada-¡Algún día algún hombre me pedirá pololeo como a todas mis amigas!” -“¡Claro, a todas tus amigas! ¡Como Florencia! ¿Qué pololeo es ese, que se la pasa todo el tiempo besándose y abrazándose en público con Jorge? ¡No tiene vergüenza! Ni siquiera está enamorado de ella, ni va a verla a su casa, pasa metido en tu casa no más. Ella lo persigue y lo persigue, pero él solo quiere estar contigo cuando yo no estoy ¿Qué amigo es ése? ¿Qué quiere de ti, hacer lo mismo que con Florencia, saciar sus apetitos?
Eso no es amor. Estoy seguro que Jorge también está enamorado de ti Cuando estamos juntos jamás habla de Florencia ¡Para él es una entretención! Siempre me dice: “A falta de pan buenas son las tortas”.
CONTINUACIÓN...
Muy entretenido el capitulo e inocente.
ResponderEliminarMe gustaron mucho los cambios al blog
¡¡felicitacines hermano!!
buenisimo todo capitulo y formato
saludos
La historia con Augusto irá en tres entregas de las cuales esta es la primera. Por lo tanto continuará...
ResponderEliminar..Esta experiencia de mi vida en que yo no entendia nada porque eran tan complicadas las relaciones amorosas con con Augusto. me significo un estado de angustia tan grande y me preguntaba mil veces ¿Que nos pasa? Sin obtenar respuesta jamas hasta llegar a perder mi año, por esta relacion. Ademas de una cantidad de pesadillas, sueños, insomnios, que hicieron de mi adolescencia una verdadera pesadilla.
ResponderEliminarYYYY...
ResponderEliminar¿LA HISTORIA NO SIGUE??
COMO UNA NOVELA TE DEJAN CON MISTERIO
ME ENCANTA ES FUERTE .
TE DEJA CON GANAS DE SABER MÁS.
FELICIDADES POR TU HIJA Y LAS CANCIONES Y SU EDICION ESTAN MUY BUENAS
QUE BUENO QUE SIGUIÓ EL BLOG
CARIÑOS