UN DESCUBRIMIENTO IMPORTANTE
2004, 64 años.
Conversando con mi esposo sobre mi retirada de la escuela Moderna, él me hizo una crítica.
Me dijo que era mentira que yo la consideraba mi MAESTRA y mi IDOLA, porque si fuera así, habría seguido sus sabios consejos. Si la consideraba MAESTRA, debería considerarla alguien con más inteligencia y sabiduría que yo, superior a mí y, por lo tanto, OBEDECERLA.
En cambio, yo actúe como una soberbia; no consideré que sus opiniones fueran superiores a las mías, y buenas para mí. Y me retire, cerré el piano, como ella dijo, y no lo toqué nunca más.
Tampoco era "IDOLO". Porque al ídolo uno lo complace, y trata de hacer lo que quiere el ídolo.
- “Ella consideró que tu verdadera vocación era la enseñanza, para toda la vida y que cuando dejaras de enseñar te empezarías a morir. Si tú crees eso ¿Por qué no continúas evangelizando? ¿Crees o no crees que te mueras si no lo haces? Tú tuviste la suerte de tener MAESTRAS que te ayudaran, yo hubiese querido tener a alguien que me guiara, me ayudara en mi trabajo.
-
Ahora, en el NORTE, yo trato de enseñarle a los que no saben tanto y ser como un profesor para ellos".
RESPUESTA A LOS DESCRÉDITOS DE MIS SENTIMIENTOS POR SEÑORA ELENA
2004, 28 Julio.
Me pasé toda la noche angustiada por tus palabras. Fueron un gran impacto para mí. ¿Que a la señora Elena no la consideraba MAESTRA ni IDOLA? ¿Que no obedecí lo que ella me pedía?
- “Mira, Jimmy, yo sé que tengo mucha inseguridad de mis opiniones y que me influyen mucho las tuyas, pero en estas aseveraciones, rotundamente te digo, después de pensar toda una noche, que estás en un ERROR.
Para mí la señora Elena sí era una maestra, porque siempre la obedecí en todo; por algo estudiaba hasta diez horas de piano diarias para hacer dos años en uno, como ella quería. Yo me mataba estudiando, para complacerla. Yo estaba tan atenta a sus enseñanzas, que en tres años ni cuenta me di que era inválida. Por eso era ídolo, porque en todo yo la imitaba, en su manera de enseñar, en su actitud de autoridad frente al alumno, enérgica, exigente como ella, perfeccionista, clara, pedagógica. Siempre observando su forma de enseñar, sin jamás ofender o gritar al alumno, simplemente mandarlo a estudiar, sin retos. Además, a pesar del poco tiempo que tenía, porque también estudiaba Filosofía, siempre me quedaba escuchando las clases de otros alumnos de ella, para aprender a enseñar su técnica, aprender todo de ella, lo más posible. Considero tus opiniones, un juicio sin conocimiento de mi historia, sin conocer las causas, porque actué así. Yo tampoco entendí, cuando ocurrieron, qué me hizo actuar así.
Pero ahora, con treinta y tres años de camino en la Iglesia, descubro, forzada por tu cuestionamiento, que actúe así porque había un IDOLO mucho más grande, dentro de mí, mi PADRE, por quien yo me esforzaba, por todos los medios, de complacer. Yo quería triunfar ante sus ojos, demostrarle que sí tenía talento y que él me impidió desarrollarlo cuando pequeña.
No es que a él le interesara la MÚSICA, sino tener hijos EXITOSOS, porque para él, nuestras aptitudes no valían nada, ni las de mis hermanos ni las mías, sólo las de sus parientes.
Ser profesora, para él, era como algo mediocre. Yo quería llegar a lo máximo, para que algún día se sintiera orgulloso de mí.
Eso es lo que comprendí hoy, después de cuarenta y cuatro años de sufrimiento, por aquella horrible amputación que yo le realicé con el piano, a mi alma.
A veces quise volver, buscando tu aprobación, pero vi que nadie en esta familia me animó, ni un poco, a abrir el piano.
Por eso creo que, en aquel momento, la razón profunda e inconsciente, de mi abandono del piano, no fue ningún descrédito de mi maestra, jamás, en eso estás en un profundo error; ni por falta de admiración o fe en sus consejos. Porque yo sé lo que me esforcé por ser su mejor seguidora, y de hecho ella misma me confesó que me quería para reemplazarla cuando no estuviese. Me prefería antes que a otras con más estudios que yo. Entonces, ¿cómo que yo no seguía sus consejos?
Por suerte, gracias a mi psicóloga Mónica Nieto, esto lo veo claro hoy, por mi misma, si no me habrías convencido una vez más de tus opiniones negativas.
Fue un descubrimiento que surgió ante tus afirmaciones, y yo hice un esfuerzo tan grande en mi inconsciente para descubrir la verdadera causa de mi retiro; que, hasta hoy, me hacia sufrir y no entendía”.
OPINION M. ELENA: No es soberbia, sólo obedecí al inconsciente. Debo aprender a valorar la estimación de otros.
- “Ella porque te quería, te cuidó, tú la sacaste de su esquema; ella sintió afecto verdadero por ti, y plena confianza, te quería dejar como sucesora de una MAESTRA EXIMIA".
-
No me quiso utilizar ni engañar. Era visionaria. Era factible terminar mis estudios. No de ejecutante, pero sí de Maestra.
LA RECONCILIACION CON MI MAESTRA ELENA WAISS
UNA MAESTRA INSIGNE
2009, 26 Julio, 69 años
Cuántos años han pasado desde que yo salí para siempre por esa puerta de la sala de clases, en septiembre de 1967, a mis veintisiete años.
Cuántos años guardé en mi alma, aquella conversación que tuvimos, MAESTRA, que nunca podré olvidar.
Fueron tus palabras, una PROFESIA, para toda la vida.
Tal como pronunciaste esa lapidaria sentencia, ocurrió:
"LO QUE USTED HARA ES SALIR DE AQUI, CERRAR SU PIANO PARA SIEMPRE Y AMPUTARSE EL ALMA, COMO HA AMPUTADO MILES DE OTROS ASPECTOS DE SU VIDA.
CREO QUE USTED, DESPUES DE LO QUE VA A HACER, AL SALIR POR ESA PUERTA, VA A NECESITAR AYUDA PSICOLOGICA, QUE YO NO PUEDO BRINDARLE, PORQUE NO SOY PSICOLOGA. SI NO LA RECIBE SE ENFERMARA, O LE VENDRA CUALQUIER REACCION INESPERADA.
AUNQUE USTED NO LO CREA, SU VERDADERA VOCACION ES ENSEÑAR, EL DIA QUE USTED DEJE DE EJERCITARLA, AMPUTARA COMPLETAMENTE SU ALMA, MAS QUE SI DEJARA EL MISMO PIANO"
Han pasado desde esa fecha hasta hoy, cuarenta y dos años, y sus palabras se fueron cumpliendo en mí, como la gota del condenado, cayendo sobre mi cabeza, una a una, año tras año.
Todo se fue realizando:
Cerré el piano, necesité ayuda psicológica, busqué desesperadamente tantas compensaciones para llenar el profundo vacío que minaba mi alma. Pero todo fue inútil, siempre volvía su recuerdo, sus palabras marcadas al fuego.
Intenté volverme hacia otras actividades, apasionarme con ellas. Escuché otros instrumentos: guitarra, flauta; participé en conjuntos folclóricos; compuse música folclórica para teatro, rondas infantiles, canciones populares, trabajé como educadora pedagógica musical en jardines infantiles; fui salmista y maestra de salmistas; fui catequista por muchos años. Tal vez, como usted decía, enseñar, catequizar, fue lo que más me revivió.
Pero por una desconocida razón fui arrancada de esta actividad, para volver a caer en la frustración, hasta hoy.
¡Yo confieso que sentí odio, mucho odio hacia usted!
La consideré desleal, fría como un mármol, sin alma, nada me podía quitar esta desilusión del corazón.
Una tristeza tan profunda, que bloquee totalmente de mi mente su recuerdo. Una mano de hierro cerraba mi corazón a su memoria.
Incluso, cuando supe de su fallecimiento por el diario, no me importó. Para mí estaba muerta desde hace mucho tiempo.
Todas las actividades las fui abandonando, sin explicármelo, guiada de una profunda insatisfacción.
Continuamente necesitando ayuda psicológica, como usted decía, llegué a enfermarme; vinieron las continuas jaquecas, luego fibromialgia y finalmente, como usted también predijo:
- "Le vendrá cualquier reacción inesperada". ¿Recuerda?
Y vino, una depresión de doce años, que ningún especialista supo descubrir la causa. Hasta llegué a la equivocada idea, más adelante, de llevar a mis tres hijos: Eileen, Kathleen y Christopher, de siete, ocho y nueve años, respectivamente, a estudiar a la escuela.
¡Quise demostrarme a mí misma, que ahora sí tendría un futuro artístico, a través de mis hijos! Ellos sí, tendrían la oportunidad que yo no tuve: tendrían mi apoyo, tenían la edad.
Veo hoy que, ciertamente, necesitaba ayuda psicológica, para llegar a pensar tal absurdo.
Verdaderamente mi hijo CHRISTOPHER, tenía mucho talento. Pronto destacó en flauta, su profesora estaba orgullosa de él.
¡Yo me hice tantas ilusiones!
¡Al fin, este hijo triunfaría donde yo fracasé!
Para ver lo ciega que estaba, ese mismo año puse a Katty y a Eileen en el Colegio Compañía de María, de donde yo también salí fracasada, no me di cuenta que quería realizarme a través de mis hijos.
Gracias a Dios, cuando comprendí mi error, al primer problema que tuvieron los cambié de colegio.
¡Pero un día sucedió algo increíble!
Christopher tenía que tocar flauta en público, en la Escuela Moderna, tenía diez años.
Todo el profesorado estaba presente, por supuesto, la señora Elena.
Christopher tocó maravillosamente, yo estaba emocionada hasta las lágrimas.
Obtuvo muchos aplausos.
La señora Elena, como era su costumbre, cada tres meses asistía a las audiciones y seleccionaba a algún alumno al que ella le veía futuro. Esta vez, habló con la profesora de flauta, manifestándole su deseo de tomar a Christopher como alumno suyo de piano, y becado.
Le había impresionado su musicalidad y virtuosismo.
La profesora fue feliz al comunicarle la gran noticia a Christopher, que nada menos que la señora Elena quería enseñarle piano, y becado. ¡Que le encontraba gran talento! ¡Y cuál fue mi sorpresa!, CHRISTOPHER NO ACEPTO. Rechazó la oferta, consideró muy difícil el piano: había que estudiar mucho y tampoco le gustaba la teoría, porque eran puras matemáticas. (Lo curioso es que cuando grande fue ingeniero)
¡Todas mis palabras fueron vanas! No hubo forma de convencerlo de la increíble oportunidad que se estaba perdiendo, estudiar becado con la mayor maestra de América.
¡NO LO PODIA CREER!
¡TODOS MIS SUEÑOS SE VOLVIERON A ROMPER!
Después de un tiempo comprendí mi error. Yo no debía forzar sus inclinaciones, yo lo estaba forzando a vivir "mis sueños", no "su" sueño.
Le pedí perdón, por exigirle tanto en la música y los retiré a los tres de la escuela, dejando que buscaran, libremente, su camino.
Pensando, hace dos días atrás, que a mis sesenta y nueve años, ya me iría a la tumba, llevando este luto de su recuerdo, guardado en mi corazón.
¡PERO NO!
El Señor me tenía guardado otro "TERREMOTO", como el que viví con usted.
Quise ir a un concierto (años que no voy), para distraerme de una dolorosa situación familiar, y me entero, que era de su hija, Edith Fisher, que casi yo no la conocí cuando estuve en la escuela. Sólo sabía que era una gran pianista, y fui con mi esposo, James.
¡Cuál no fue mi sorpresa, cuando ella aparece en el escenario y era exactamente igual a usted!
¡ME IMPACTO SU PRESENCIA!
¡TRAJO UN VIOLENTO RECUERDO!
Luego, vino una música extraña para mí, MUSICA MODERNA, TERREMOTICA, CON MUCHAS POLICROMIAS, difícil de entender al principio. Pero a medida que avanzaba el concierto, esa música fue golpeando, como un rítmico combo de fierro, una y otra vez en mi interior.
Azotaba y azotaba dentro de mí, luchando contra mi resistencia de siglos, abriendo una brecha triunfante sobre mi odio, mi rabia, mi tristeza, mi dolor, mi desilusión.
Comenzaron a salir sus recuerdos ocultos, como una copiosa cascada de lluvia dorada, que endulzaba mi corazón.
Era como un prisionero liberado de una vida entera encarcelado.
¡FUE LA TERAPIA MÁS SANADORA QUE HE VIVIDO!
Renació en mí esa profunda admiración que yo sentía por usted.
¡FUE UN ENCUENTRO VIVO A TRAVES DE LA MUSICA CON MI MAESTRA ADMIRABLE!
¡POR FIN SE DESCORRIA LA PIEDRA DE MI SEPULCRO!
¡Era un alivio indescriptible!
¡Gracias, señora Elena, por este legado incomparable de su hija!
¡Tanto talento, tanto virtuosismo, emotividad, tecnicismo! ¿Quien podría resistir?
¡VIVI UN IMPACTO EMOCIONAL AQUEL DIA!
Luego, estuve dos días con esa música desconocida para mí, vibrando dentro, como un mágico reaparecer que, cual bálsamo sanador, poco a poco escurría por mi alma curando mis heridas.
Me senté al piano y comencé a tocar esa música extraña, que fluía como un fuego incontenible; toqué tres veces, con una fluidez sorprendente. Parecía que una fuerza ajena me guiaba. ¡Fue un encuentro insólito con mi maestra admirable, sentir su presencia junto a mí, su voz!
¡Hoy siento una paz, un gozo interior, que en años no experimentaba!
¡La tempestad ha pasado, ha venido la calma!
Reciba usted, desde el cielo, mi perdón por mi necedad, mi ingratitud, mi falta de confianza en su cariño verdadero.
Perdón por no entender nunca que usted sí me quiso bien.
Perdón por la desilusión que le causé, por mis ofensivas palabras, a las cuales usted responde textualmente, porque recuerdo de memoria toda nuestra conversación.
- "Usted me ha dicho cosas terribles, que trataré de hacer cuenta que no las oí y perdonarla, porque usted tiene un problema grave de autoestima y no cree en la estimación que alguien le pueda tener"
ES VERDAD, ASI HE SIDO TODA MI VIDA
Gracias, por esta maravillosa hija a quien tuve el honor de escuchar, una artista gigantesca, digna de su insigne madre.
Gracias, querida maestra, porque aún estando ausente, me sigues "impactando", no ya sintiendo que "NO ERES COJA", como tú decías, sino asegurando que definitivamente "NO ESTAS MUERTA".
Tu ilusa alumna:
María Antonieta
CIERRE DE CAPITULO, SEÑORA ELENA WAISS
2009, Julio, 69 años
Estoy en tratamiento de fibromialgia en la Clínica Bersant, a cargo del doctor Enrique Bertossi, quien trabaja con un equipo médico para tratar esa enfermedad; entre ellos psicólogos, que ayudan a descubrir las causas emocionales que gatillan la enfermedad.
Yo hace años que padezco esta enfermedad; que yo recuerde, tenía los síntomas desde los veintisiete años.
Los psicólogos que me atienden: Fabiola y Miguel, están revisando los eventos importantes de mi vida que causaron impacto emocional, y que todavía gatillan esos estados emocionales.
Ellos se detuvieron en el capítulo sobre "Señora Elena Waiss", donde yo sufro un quiebre fundamental en mi vida, la retirada de la Escuela Moderna, el abandono de mi maestra y de la música por largos años.
Anteriormente yo estuve en terapia con Marion, que analiza todos mis sueños y eventos paranormales con gran ayuda para entender mi pasado.
Ella también analiza mi relación con la señora Elena y explica que la causa de mi retirada de la Escuela Moderna es mi "SUPER EGO", que no acepta, según su opinión, que las cosas no resulten como yo las tengo pensadas.
Pero ellos no concuerdan con Marion. Dicen que no es que yo tenga un superego, es que no tengo AUTOESTIMA, ni siquiera BAJA AUTOESTIMA, porque este proceso lo realiza en el niño, la madre, que va poco a poco, armando como el "cuadro de su valía" al hijo.
Va enseñándole sus destrezas, capacidades, valía, limitaciones paso a paso al niño, de manera que cuando crece, tiene un claro concepto de lo que él es; aprenderá a saber "QUIEN SOY YO": esto lo hago bien, esto más o menos, esto mal, etc., "hasta aquí puedo llegar". Es un desarrollo de su autoafirmación.
En mi caso, yo sentí un ABANDONO de ambos padres, no físico, sino "psicológico, emocional, afectivo". Nadie me ayudó a formarme una idea de cuánto valgo. Por eso pasé mi vida buscando "MENTORES" O "GUIAS" que me indicaran el camino, cuyas palabras se transformaran en verdaderas profecías para mí, sin tener la capacidad de liberarme de las opiniones, de estas personas a quienes confío mi autovaloración, como padres.
Desde los diez años, cuando estoy cambiando de colegio, siento un brutal ABANDONO AFECTIVO, recurro a mi primera guía, mi "amiga Ximena", que gracias a Dios, fue una persona que me ayudo en forma positiva. Hasta el día de hoy, todavía mandan en mi interior, las palabras de mis cantidades de "PROFETAS" que he tenido en mi vida y opiniones de cantidad de gente, sin conocimiento ni autoridad, que yo valoro sus opiniones sobre la propia mía.
¿Por qué yo he obedecido a tantas personas que me imputan CULPAS, FRACASOS, CALIFICACIONES, DESCREDITOS?
Porque no sé cuánto valgo, necesito que "OTROS" me lo digan, es fundamental para mí que alguien me valore, crea en mí, me considere, para yo poder creer en mí.
Por eso, parezco necesitar muchos "HALAGOS", como dicen muchos o "regalona", como dicen otros. Me gusta que me "alaben", dicen otros.
Personas que ni les pasa por la mente que yo tenga problemas de autovaloración, que como ven las aptitudes mías, creen que, obviamente, sé lo que valgo, pero soy una persona que ando buscando que me halaguen; por eso me maltratan, me ofenden gratuitamente, me menosprecian, etc. Cada cual opina lo que le viene la gana de mí.
Miguel estaba tan interesado en desenredar este problema, que estando enfermo con fiebre, se llevó el capítulo de la Señora Elena, donde él cree encontrar la "RAIZ" de mi problema y su respuesta.
También de mis eternos amores "platónicos", que yo los necesitaba para mi autoafirmación. Yo necesitaba esos "ETERNOS HALAGOS", piropos, galanterías, alabanzas, para poder creer en mí. Para eso los necesitaba.
Mi esposo me ama como soy, no necesito hacer nada para que me ame; por eso, no sufro si no me dice piropos ni halagos. Él me quiere igual arreglada que en pantuflas, sana que enferma, no necesito hacer ningún mérito.
- “Él”, dice Miguel, “es una fuente clara, cristalina, que fluye constantemente, sin parar; no estruendosa, ni inconstante, ni desparramada, ni gigantesca, pero sí constante: pase lo que pase, ahí está él”.
Yo en cambio, como dice mi MAESTRA, porque a MAESTRAS sí que hay que prestar oído, y no a cualquiera. Ella dice aquí, lee Miguel:
- “Algo IMPRESIONANTE. Que tú entonces no entendiste, que es tu gran verdad:
"¿USTED CREE, QUE SE LE PUEDE HABLAR CON LA VERDAD, DE UN MOMENTO A OTRO, A UNA PERSONA QUE POR TRES AÑOS TIENE UNA PROFESORA INVALIDA Y NO SE DA CUENTA? ¿QUE SOLO ES CAPAZ DE VER "EMOCIONALMENTE" Y NO "PRACTICAMENTE?" Miguel considera que ahí está la "CLAVE", en esas palabras de mi "MAESTRA"
- "ESE ES TU PROBLEMA, ESE ES TU GRAN PROBLEMA"
- “Tenemos que orientar la terapia, siguiendo las "HUELLAS", de una "GRAN MAESTRA" y tratar de enfocar la forma más adecuada de ayudarte”.
- “Vamos a enseñarte a mirar las situaciones en forma más PRÁCTICA y beneficiosa para ti. No todo el mundo tiene la suerte de tener una MAESTRA en la vida, hay que aprovechar su sabiduría ¡Ella te conocía muy bien!
Por eso quedaste tan mal con ella, porque tú percibías su AMOR VERDADERO y lo que te valoraba y quería ayudarte como una madre.
¡Pero tú, con tu desconfianza del afecto de los demás, porque nunca te sentiste amada ni valorada por tus padres, NO LE CREISTE, ni aun crees a nadie que te pueda querer de verdad, ni a tu esposo, que está demostrándotelo día a día por treinta y nueve años!
Tienes que aprender a controlar tus "EMOCIONES", "OBSERVAR" primero, hacer caso de tu poderosa INTUICION DIRECTA, como lo hiciste con el "JARDINERO", percibiste el MAL, y él también te PERCIBIO, porque "EL MAL PERCIBE AL BIEN Y LO REPUDIA", como lo hizo el jardinero” (Esta historia del jardinero viene más adelante)
Yo argumenté que esa vez, solamente, tuve esa fuerte percepción, nunca más.
- "Estas equivocada"- dijo Miguel, "esa percepción la tienes SIEMPRE, por eso te atacan las personas, que algún MAL persiguen, te atacan, te quieren aniquilar.
- "OCUPA TUS FACULTADES, NO LAS MENOSPRECIES, SÁCALES PROVECHO A TU FAVOR. ¡NADIE HE CONOCIDO YO, CON TANTAS APTITUDES Y CON NINGUNA CONCIENCIA DE TENERLAS Y VALORARLAS! ¡Y A NOSOTROS NOS IMPRESIONA!"
Ellos me ofrecieron ayudarme a valorarme, a continuar la terapia conmigo juntos. Miguel y Fabiola, a mí solamente continuaron atendiéndome juntos, para ayudarme en forma efectiva. (Coterapia)
Esas personas se sienten desnudas ante mí, perciben que las "conozco" y se "defienden", sin que yo les haga nada, según Miguel.
Me temen, quieren eliminarme. Igual que el jardinero. ¡Me perciben como alguien capaz de conocer su alma! se ponen a la defensiva como el jardinero.
DEBO TOMAR CONCIENCIA DE ESTE DON Y CON ESTO COMENZAR LA TERAPIA DE APOYO
Es como aprender a usar mis cualidades perceptivas hacia el otro, en mi beneficio
- "Aprender a manejar mejor la "MALICIA" de algunas personas que agreden tal vez un poco lo que te dijo tu catequista: QUE YO ERA UN POCO NIÑA.
Por eso no olvidaste a esa MAESTRA, porque sabías que ella te quería bien y no creíste en su sinceridad, porque no tenías experiencia de amor de nadie.
Ella te quería a ti como su hija y a su hija como su alumna. ¿Entiendes?
Ella te quiso dejar su legado como MAESTRA, quería que tu continuaras sus enseñanzas, no las otras que sabían más que tú; ella te "eligió" a ti.
¿Por qué?, porque te PERCIBIO, te "conoció", sabía que tú tenías el "talento pedagógico y el amor a la enseñanza que ella andaba buscando"
Tú no le entendiste entonces, pero ahora sí lo entiendes. Parte de esta "ANCLA", hacia adelante la opinión de una gran MAESTRA, para la cual tú valiste a tal punto, que te quiso tener como su hija”.
MIGUEL Y FABIOLA
VIDEO DE MI MAESTRA ELENA WAIS "SEGUNDO TERREMOTO"
INTERPRETE PIANO: ANTONIETA MONTECINOS
COMPOSICION 2010
MI MAESTRA ELENA WAIS "LA RECONCILIACION"
INTERPRETE PIANO: ANTONIETA MONTECINOS
COMPOSICION 2010
Leer más...