Mis hijos
Nace mi primogénito Christopher Parker Montesinos el 24 de septiembre de 1975.
En la clínica Santa María por cesárea a las 7 de la mañana. Tengo 35 años. Nace de nueve meses y se me presenta al noveno mes de embarazo una “colestacis gravídica”, que es un problema hepático que provoca una picazón en todo el cuerpo, día y noche ¡insoportable!. No había nada que hacer, solo echarme talco mentolado que no servía para nada.
Durante los ocho meses que estuve bien, hice los ejercicios de mi tío Gualo Guerra, científico notable que estudiaba la influencia en el feto de las emociones y el quehacer de la madre durante el embarazo. Ya antes había realizado estos ejercicios para niños pequeños relativos al sueño en mi práctica de sala cuna, obteniendo resultados asombrosos en la reducción del tiempo en que el niño se demoraba en dormir, según el estímulo que recibiera. Yo hice tres ejercicios por ocho meses:
1. poner música clásica todos los días para que el niño amara la música,
2. poner flores en mi dormitorio para que amara la naturaleza y
3. contaba en voz alta hasta cien diariamente, y repetía las tablas para desarrollar habilidades matemáticas.
Como resultado en la música Christopher aprende flauta desde los siete años, manifestando grandes aptitudes musicales, luego la directora de la Escuela Moderna Sra. Elena Waiss, lo selecciona por sus aptitudes para estudiar piano becado con ella. Estudia ingeniería forestal como resultado de mis ejercicios para amar la naturaleza y las aptitudes matemáticas. Compruebo que las teorías de mi tío dan resultados concretos.
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Christopher de meses en brazos de su padre |
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Christopher de meses en brazos de su madre |
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Christopher de 12 meses en brazos de su madre en Rapel |
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Christopher mirando la vida |
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Nacimiento de mi segunda hija Kathleen Parker Montesinos, 13 de noviembre de 1976.
Nace en la clínica Santa María por cesárea. Con ella la “colestacis gravídica” se manifiesta desde el octavo mes. Hago las siguientes actividades y/o ejercicios de mi tío Gualo:
1. estudiaba psicología.
2. veía muchas fotos y libros con imágenes de fotos y cuadros de pintores famosos.
3. Comienzo a sentir ansiedad y angustia por la picazón de día y de noche.
4. Sufro de insomnio y dolores de cabeza.
5. Veía programas humorísticos en la televisión.
6. rezaba mucho.
Como resultado Kathleen es muy intuitiva y le gusta mucho la psicología; es un buena fotógrafa profesional; tiene tendencia a los dolores de cabeza periódicos, ansiedad e insomnio, tiene mucho sentido del humor; tiene una mayor tendencia religiosa que el resto de mis hijos. Compruebo que con Kathy, también las teorías de mi tío son ciertas. Durante el embarazo el feto experimenta las mismas emociones de la madre y recibe toda la información de la madre durante su periodo de gestación.
Kathleen despistada y ambientandose en cumpleaños en Saladillo |
Kathleen manteniendo un mirada inquisidora y desconfiada de su entorno |
Kathleen atenta a un ataque posterior y tratando de arrancar con las patas chuecas en el San Cristobal |
Kathleen inspeccionando al fotografo y casi contenta de ser plasmada su figura en el celuloide. |
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Kathleen en su bici sin rueditas, en la calle Siglo XX |
Kathleen en la 1a Comunion con su corona de santidad |
Kathleen veraneando en los lagos del sur y mostrando su juvenil belleza |
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Kathleen feliz de la vida y mostrando su belleza al mundo cibernético. ¿Que tal? |
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Kathleen en una belleza madura. |
Nacimiento de mi tercera hija Eileen Parker Montesinos, 5 de octubre de 1978.
Nace en la clínica Santa María por cesárea de urgencia a las 8 de la mañana. El doctor Rodríguez me recomienda que permanezca en cama desde el inicio de la gestación. Siento molestias desde el principio: arcadas, dolores de estomago, falta de ánimo, la piel amarilla, picazón. Al séptimo mes el médico decide abortar porque el feto no crece y no se mueve, dice que es necesario decidir entre mi vida y la del feto; el estima que no puedo dejar dos hijos sin madre, por lo tanto fija fecha para hacer la operación.
Yo me niego y busco desesperadamente un milagro y este viene a través de un sueño el cual se narra a continuación.
SUEÑOS PREMONITORIOS
“Un sueño salva la vida de mi hija, la Leche Ácida”
“Un sueño salva la vida de mi hija, la Leche Ácida”
16 de Septiembre, 1978
A los siete meses del difícil embarazo que tuve de Eileen, me encontraba en cama, con colestacis gravídica, mientras ella se moría en mi vientre porque no se estaba desarrollando. Era mi tercer embarazo.
Cuando mi obstetra, el Dr. Rodríguez diagnosticó el estado de mi hija, dijo que debía operar para sacarla, porque de lo contrario yo moriría junto con ella. Ya me habían hecho todos los exámenes y por su resultado se veía que no había remedio y que se debía practicar un aborto terapéutico: ella igual iba a morir a los tres días.
Ya había consultado a otros médicos y opinaban lo mismo, no podría tener más hijos. Había pasado los tres embarazos con colestacis gravídica, rascándome el cuerpo día y noche.
El día viernes me citó para el lunes con el fin de practicarme el aborto, pero yo no podía aceptar perder a mi hija; sólo pensaba, día y noche, en qué podría hacer. Sentía que mi mente iba a explotar de tanto repetirme: “¡No, no, no! Mi guagua no va a morir, tengo que hacer algo”
Por la noche tuve un sueño: Estaba en una camilla y un doctor me echaba con un cucharón por la boca una cantidad inmensa de un líquido lechoso, ácido, diciéndome: “Traga, traga que va la vida de tu hija y la tuya”. Yo encontraba el líquido asqueroso, pero tragaba y tragaba. Desperté con una certeza: “Mi hija puede salvarse con ese líquido lechoso”.
Llamé al doctor y le conté mi sueño: “No hay líquido lechoso que salve a tu guagua”, me dijo, “eso es sólo un deseo tuyo. ¿Qué crees?, ¿qué es realidad?, es sólo un sueño”
Me daba vueltas y vueltas en la cabeza qué cosa hacer…”un líquido lechoso ácido”, pensaba.
Me puse a rezar, a pedirle a Dios que salvara a mi hija, que me iluminara el camino. De pronto tomé Las Páginas Amarillas, hice una oración y abrí una página al azar y puse mi dedo en un punto, ni siquiera busqué médicos ni nada, fue completamente al azar. Cerré los ojos, luego miré y mi dedo señalaba: Dr. Katz, hepatólogo.
Llamé por teléfono para pedir hora, y me dieron para dos meses después; entonces le expliqué a la secretaria que era un caso urgente, de vida o muerte. Ella respondió: “Es imposible, el doctor tiene su agenda completa hasta dos meses más”. En vista de lo cual, decidí ir, simplemente.
Había una sala de espera repleta. El Dr. Katz era un médico alemán hepatólogo, especialista en hígado, muy destacado, una eminencia. Además sus honorarios superaban lejos el dinero que yo llevaba.
Me acerqué a la secretaria, le expliqué la situación, le supliqué, pero no hubo caso; ella fue categórica: “Señora, le dije por teléfono que era imposible que el doctor la viera”. Justo en ese momento iba saliendo una paciente, y mientras ella se acercaba a la secretaria, aproveché de entrar a la oficina del doctor y cerré la puerta por dentro. Entonces le expliqué mi problema lo más rápido que pude, antes de que la secretaria volviera.
El doctor no entendió casi nada, sólo que yo estaba desesperada. No pasaron dos minutos y la secretaria golpeó la puerta, el doctor le dijo que pasara, pero ella gritó: “la puerta está cerrada, doctor”. Él sonrió y me dijo que le abriera.
Al abrir la puerta ella entró como un bólido y empezó a decirle, gritando, que yo me había metido sin tener hora, que ya antes me lo había explicado, que ella no tenía la culpa. Mientras hablaba, yo le rogaba al doctor, llorando, que me atendiera, aunque fuera sólo un minuto. Entonces, el doctor, muy tranquilo le dijo a la secretaria que no se preocupara y que solucionara la situación de la paciente que venía porque él me iba a atender como urgencia. Le di las gracias llorando.
“Explíqueme bien su problema”, me dijo.
Así lo hice y le conté el sueño, y de cómo había llegado hasta él, al azar. Además tuve que disculparme por el apuro, porque no llevaba dinero suficiente para pagar la consulta, pero que mi esposo se lo vendría a dejar.
“No se preocupe por eso”, dijo y empezó a anotar mis datos. Vio mi ecografía y todos los demás exámenes; pensó y dijo: “mire, todo lo que usted me cuenta me parece increíble”, “no es que yo sea ateo, pero soy un científico…usted comprenderá que todo lo que me cuenta me parezca incomprensible…”. “¿Sabe lo que le voy a dar?, le voy a dar a tomar su leche asquerosa, ácida, en gran cantidad, se tomará 15 cucharadas soperas de PEPSAMAR tres veces al día”, asegurándome que en tres días mi guagua, que estaba casi muerta, iba a revivir. “¿Conoce el Pepsamar?”
“No”, respondí.
“Pues es como una leche ácida, asquerosa, cono usted dice. Hágame caso, tómese esta receta a partir de hoy mismo y verá que el lunes su guagua estará bien y continuará su desarrollo”.
No podía creerlo “¿doctor, es verdad?”. Me acerqué, le di un beso y un abrazo. “¡Gracias, gracias!. Que Dios se lo pague”
Le reiteré que mi esposo iría a cancelar sus honorarios, pero él me dijo:
“No me pague nada ahora, Cuando tenga a su guagüita, me la trae, ése será el pago.”
Salí de la consulta, la secretaria me miró con odio, pero eso era indiferente para mí, sólo mi guagua importaba.
En cuanto llegué a la casa mandé despachar la receta, eran cerca de 15 botellas de Pepsamar. Me acosté como él indicó, pedí comida sin grasa y empecé a tomar el remedio; efectivamente su sabor era ácido y asqueroso, pero yo seguí las indicaciones del doctor, religiosamente. Paso el viernes toda la noche, el sábado y el domingo.
Ya el domingo en la noche, sentí como un movimiento en mi vientre, era increíble, ¡mi guagua se estaba moviendo!, “¡no está muerta, no está muerta!”, grité. El doctor tenía razón, al tercer día mi guagua se movió… ¡el sueño era verdad!
Esa noche no dormí casi nada, por la agitación. Al día siguiente, el Dr. Rodríguez tenía reservado para las 11: 30 el pabellón para practicarme el aborto.
Ese día fuimos con Jimmy a hablar con el Dr. Rodríguez, quien ya se estaba preparando para la operación.
Entonces yo le dije: “Doctor, usted no me va a operar, porque mi guagua está viva. ¡No está muerta!”, y le conté lo de la visita al Dr. Katz. Él miró a Jimmy riendo y dijo: “¡PEPSAMAR!”, ¡eso es lo mismo que le hubieran dado Agüita de las Carmelitas!. Y los otros médicos que estaban en la sala también se rieron.
Yo le dije que tenía que hacerme otra “ECO”, para comprobar que mi guagua se movía y que estaba creciendo. Entonces él se dirigió a Jimmy y le dijo: “Tengo pedido el pabellón, no puedo esperar más, ahora ya no hay ecografía que valga”, pero yo le dije: “ Lo siento, doctor, si usted no me hace primero la ecografía, yo no me opero”.
El doctor le repitió a Jimmy que el pabellón ya estaba pedido y que de todas maneras se lo iban a cobrar. “No me importa”, dijo Jimmy, “si a mi esposa eso la deja más tranquila, por favor, hágale la eco, no se preocupe por el dinero”. De malas ganas el doctor le dijo que pediría una ecografía de inmediato.
Cuál no fue la sorpresa del doctor al ver que mi guagua sí se movía, que había crecido y que estaba perfectamente bien. No lo podía creer, llamó a sus colegas para ver mi examen; ellos se quedaron pasmados al ver que mi guagua estaba bien.
Al Dr. Rodríguez no le quedó más remedio que reconocer su desconocimiento frente a semejante tratamiento.
“Deme el nombre del colega, para conversar con él”, me dijo.
Después de hablarle del Dr. Katz, nos fuimos a la casa, a continuar el reposo y el tratamiento con Pepsamar.
A los siete meses y medio, la guagua ya no creció más, y yo no podía soportar la picazón en todo el cuerpo.
Llamé al Dr. Katz, y él me recomendó una cesárea; ya no había ningún peligro.
Así fue como nació mi hija Eileen, ¡la guagüita más linda del mundo!, el día 5 de octubre de 1978, en la Clínica Santa María. (Resucitó al tercer día, igual que Jesucristo).
¡Dios sea alabado!
Mi catequista, Juan Figueras, me dijo que después de escuchar la historia del nacimiento de Eileen, veía ese acontecimiento como una clara intervención de Dios:
Dijo: “Todo lo que nos ocurre desde el nacimiento hasta la niñez, está profetizado, significa que Eileen algún día va a experimentar la Resurrección de Jesucristo en su vida. No te preocupes si no viene ahora a la Iglesia, te aseguro que algún día experimentará la FE en Jesucristo y la Resurrección. ¡Es una llamada de Cristo, desde el mismo día de su nacimiento!”
“Impresionante cómo se manifiesta Dios en la Historia de las personas”, dijo “tú reza por ella, nada más, no te preocupes”.
Yo sé que así será, pensé yo, algún día Eileen conocerá a Cristo resucitado, algún día ella experimentará la fe, porque desde su nacimiento es una escogida.
GRACIAS SEÑOR POR TU AMOR, POR ESTA HIJA NACIDA DE TU ESPIRITU SANTO
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Durante el embarazo no pude realizar ningún ejercicio a causa de la picazón que se inició desde el comienzo del embarazo, además eso me causaba angustia, insomnio, desesperación por este rascarse toda la noche.
Al consultar con mi tío Gualo, luego del nacimiento de Eileen y explicarle la causa del no hacer sus ejercicios, el consideró que la criatura igual iba a recibir algo de toda mi historia vivida tan impresionante. Me dijo “seguro que dejará huellas en su carácter”. Y así fue porque Eileen tiene un carácter fuerte, exigente, dominante y decidido, que lo sacó de la situación que viví y que me obligó a forzar mucho mi carácter más bien débil.
En resumen lo único que hice durante el periodo de gestación, fue recibir los cuidados de mi tía Zulema, quien me hacia las uñas, me arreglaba el cabello, me echaba crema en las manos, en general de que estuviera bonita. Como resultado de estas vivencias, Eileen hoy es Esteticista profesional.
Eileen encumbrando volantin en el Cajon del Maipo |
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Eileen entrando en sus primeros conocimientos religiosos, con Antonieta rezando en El Quisco |
Eileen por fin comiendo sola lo que ha ella le gusta. ¡Que rico!. |
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Eileen atrapada por sus primos Ramiro y José Luis: ¡Entrega tus juguetes!. |
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Eileen continúa su educación religiosa con mucho respeto. Eucaristía de San Joaquin |
Compartiendo con su hermana Kathleen e hijas de hermanas de la comunidad. |
Eileen y su muñeca favoria "La tiernecita" |
Eileen participando como virgen Maria en un representación navideña con sus hermanos de comunidad en parroquia San Joaquin |
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Eileen arrancandose de la clase de matematicas |
Al fin terminé la media |
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Eileen en todo su esplendor de belleza |
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Eileen en otra faceta de su belleza |
Eileen cual artista de cine, disfrutando de las termas |
Eileen posando para la fama inminente |
“EGIPTO (SALADILLO)”
Muchos años después, estaba yo dando la Catequesis de ABRAHAM a unos hermanos de Santa Adela, donde les contaba como Abraham fue llevado a Egipto, una tierra de paganos, donde él juró que decía muchas mentiras para que no lo mataran. Yo les di, entonces mi testimonio de mi Egipto, donde el Señor, me mandó, 7 años en Saladillo, donde yo también dije muchas “mentiras para que no me mataran”.
Yo, en realidad, en este mundo, materialista, de afán de ser y pasar por encima del otro, infidelidades, donde no se escuchaba la palabra Dios, y toda esa vida de escalamiento, era extraña para mí.
Yo lo único que deseaba día a día, era volver a mi Comunidad. Pero el Señor quiso mandarme a Saladillo (Egipto) para depurar mi fe, igual que ABRAHAM. Allí estuve 7 años, diciendo puras “mentiras, para que no me mataran”.
Cada mañana, me levantaba pensando, cual es la chiva, que le diré a la Verónica, a la Mariluz, a la Ximena, para conciliar con ellas “hoy” y librarme” que me acribillen a preguntas que yo no tenía idea. Que la moda, que los chismes, que las amistades convenientes, que las infidelidades de sus maridos, que su aburrimiento, etc. Yo, igual que ABRAHAM, decía puras mentiras, que si reconocía esos personajes, o lo que hacía en mi casa era ver Tv, cuando lo que hacía era escribir y estudiar los Salmos hasta altas horas de la noche.
Yo tenía miedo a ese mundo, donde no encajaba, donde me sentía una extranjera, donde esos Ídolos y esos Valores, a mí, ya no me interesaban, porque llevaba en mi corazón esta “PROMESA” y sabia que ni la plata, ni el status, ni el prestigio, ni el afán de destacarme, ni las fiestas, ni las joyas, ni abrigos de pieles, ni viajes, ni autos, ni reuniones en el Club de Campo, me darían esa “FELICIDAD”, que Dios me había prometido y yo esperaba secretamente, por 7 años, aunque Jimmy, me decía, que me olvidara de la Comunidad, que nuestro Destino estaba allí, que no pensara más en volver.
Recuerdo, como anécdota graciosa, para que vean como yo vivía en la mentira, a FIESTA aquella que hizo Codelco, donde me sentía tan perdida entre tantas pieles, joyas, ropa elegante, autos último modelo y nosotros en nuestra citroneta.
Yo era la única en la Fiesta, que no llevaba pieles ni joyas de oro y una citroneta cacharrienta.
Me sentí tan sola, porque las mujeres, me miraban como Anita, la huerfanita.
Comenzó a sonar música para bailar y como no conocía a nadie, me acerqué a un viejito, que estaba como solo.
Y pensé: “Con este viejito peladito, voy a bailar yo” y lo saque a bailar.
Nunca olvidaré, las miradas asesinas de mis amigas y demás mujeres. Luego, ellas me comenzaron a saludarme amablemente. Yo no entendía, el cambio tan radical de actitud.
“¿Porqué estaban tan enojadas y nerviosas, porque yo bailo con este viejito?”
Y cuando vi, que todo el mundo, comenzaba a saludarme, tan amablemente, comencé a sentir miedo.
“¿Qué será?” me preguntaba.
Era, que el peladito, era nada menos, que el “Gerente de la Mina”, y yo establecí una entretenida conversación con él y se reía conmigo, daba la impresión, que nos conocíamos, pero yo no lo había visto, en mi perra vida.
Yo que no salía de mi casa jamás, cuando supe; sufrí una impresión terrible.
Y vi, como el Señor, me salvaba de mis mentiras, sin que nadie sospechara, que yo no tenía idea, quien era ese viejito. Con razón, estaba tan solito.
Cuando llegó Jimmy, me tomó del brazo y me dijo: “¿Qué haces bailando con el Gerente?”.
“Ese viejito no habla con nadie”, dijo y estaba molesto, porque todos me miraban.
Me llevó, apretándome el brazo y empujándome hacia nuestra mesa.
Yo quise venirme, después de todo, las fiestas multitudinarias, me cargan y tanta ostentación.
¡Qué porquería! ¡Para qué quería estar ahí!
Jimmy venia molesto, por mi falta de ubicación y le daba tanta importancia.
“¡BAH!” le dije yo, ¡Con él viejito nos entendimos perfectamente!
Y esa fue mi magnífica actuación pública, así que en lo sucesivo, continúe quedándome en mi casita como siempre.
El baile con "el viejito" |
Hasta que un día, el Señor cumplió su “Promesa” y nos sacó de allá.
Por fin en 1980 Jimmy es trasladado a Codelco Central, volvimos a vivir en Santiago y continuamos en nuestra comunidad Neocatecumenal.
“DIOS SIEMPRE CUMPLE SUS PROMESAS”.
Hola Maria Antonieta, de verdad quede muy impresionado por ese testimonio de Eileen, viene perfecto justo para el tiempo que vivimos en el cual se debate el tema del aborto, que la vida no la manejamos nosotros, es solo regalo de Dios.
ResponderEliminarEsta vida, como su regalo, hay que disfrutarla. Yo descubri, hace muy poco, que tengo muchas cosas de mi abuelo paterno, a quien no conoci (fallecio antes q cumpliera un año), pero que, segun me comentaba mi tia, en actitudes y gestos, hacia lo mismo que el. Una alegria leer este capitulo de tu blog. Un abrazo Cordial.
Bernardo Noziglia Reyes.
Es sorprendente la fuerza creadora de Dios.
ResponderEliminarA medida que vas narrando, veo que no pones resistencia a los planes de Dios, muy por el contrario, te dejas conducir con intuición, generosidad y fe, totalmente motivada por la vida, movida por ella.
Me encantó conocer más de las obras de Dios en tus hijos como criaturas... las fotos son geniales, y el baile con "el viejito", aunque no lo creas, me contagia seguridad... así como tú contagias voluntariamente a tus hijos de tus emociones... así que creo que somos parientes... estamos relacionadas ya sabes por qué lazo: la hermandad en la fe y la sinceridad de corazón.
Bueno, por ahora ya he escrito demasiado.
Cariños
Dina
lo unico que te puedo decir es que tu relato es realmente hermoso, veo que has formado una hermosa familia, te felicito y dale mis saludos a Kathleen Parker Montesinos, que de verdad su hermosura me volvio loco.
ResponderEliminarHola encontre los documentos de Cristofher Parker Montecinos, en el metro Baquedano, buscame, 950967554
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