Al Lector; por María Antonieta Montecinos

Esta biografía ha nacido de la necesidad, en primer lugar, de dar a conocer a mis hijos y descendientes, la historia de mi vida,...Leer Más>>>

lunes, 27 de agosto de 2012

Capitulo 78 El incendio


Mi Hermana Alicia
El Incendio en El Quisco
Año 1983, 43 años

Una vez, estábamos veraneando en el Quisco con mi familia, mi hermana y sus hijos.

Sucedió que Ramiro, hijo de mi hermana y Christopher, mi hijo mayor provocaron un incendio.

Ramiro que era el “Pirómano”, de unos 10 años y Christopher, 7 años.

Andaban “aburridos”, según la explicación posterior que dio Ramiro, y no hallaron nada  mejor que hacer los dos, que ponerse a quemar paja con unos fósforos.

La casa que arrendábamos, estaba rodeada de paja seca, la calle se llamaba “La Princesa”.

Así estaban los dos muy divertidos, quemando pajas con fósforos, quizá hacían algún experimento.


 Pero como en todo experimento, algo siempre sale mal, como hacia viento, de pronto el fueguito comenzó a crecer y crecer y no lo podían controlar.

Ramiro entonces, que era el profesional en incendios, mando a Christopher a buscar agua corriendo.

Christopher volvió con un vasito de agua, que por supuesto aumentó la llama en vez de apagarla.

La cosa se puso fea y las llamas se descontrolaron de tal forma que se espantaron y fueron a esconderse.

Mi esposo, James, que estaba en la terraza, leyendo el diario, vio las llamas, se paró y viendo que el fuego avanzaba hacia la casa peligrosamente, agarro a Christopher, que venía entrando espantado a la casa, y le preguntó: ¿Qué paso?
Christopher lloroso y temblando dijo:

“Estábamos jugando”

“¿y Ramiro?” preguntó Jimmy.

-“No sé, se escondió” Respondió Christopher.

Mi esposo, fue donde mi hermana y le dijo:

“Alicia, Ramiro hizo un incendio, anda a ver”

Mi hermana quedo espantada, salió a la terraza y vio las llamas que avanzaban hacia la casa.

Mi esposo tranquilamente se volvió a sentar en el sillón de la terraza a continuar leyendo el diario, como que no pasaba nada.

Mi hermana entonces le gritaba a Jimmy:

“¡Anda a buscar a los Bomberos!”

-“¿Por qué?” decía Jimmy tranquilo,QUE VAYA LA MADRE DEL PIROMANO

Mi hermana desesperada, gritaba.

“¡Dios mío, se va a quemar la casa!”

Y le rogaba a Jimmy que la llevara en el auto al centro, a buscar a los bomberos.

Yo le suplicaba a Jimmy que la llevara a pedir ayuda, en el auto, ya que el viento, arrastraba peligrosamente las llamas hacia la casa, que arrendábamos.

Por fin, Jimmy se paró y fuimos al “Quisco” a pedir ayuda a los Bomberos.
-“Buenos días” dijo el bombero, “¿Qué necesita?”

-“Informar de un incendio en la calle “La Princesa”, en el pastizal”, dijo Jimmy.

-“¿Quién es el responsable del hecho?”

Preguntó el Bombero.

-“No sé, aquí está la madre del Pirómano”

Respondió Jimmy, señalando a Alicia.

Mi hermana muy nerviosa le rogó al Bombero, que fueran a apagar el incendio.

El Bombero, tomó nota de la dirección del fuego, el nombre de la persona que hacia el aviso del fuego y la hora del inicio del fuego y el nombre del hechor.

-“Bueno” dijo enseguida, “Se le enviará el carro en cuanto llegue del incendio, que esta apagando en el sector norte”

-“¿No puede ser ahora?” preguntó Alicia suplicante.

-“Señora, tenemos solo un carro y en estos momentos está ocupado, no podemos hacer más” respondió el Bombero.

Nos fuimos de vuelta, angustiadas, con la idea que el fuego arrasara con la casa.

Jimmy, manejaba en silencio, mi hermana angustiadísima, preocupada también por Ramiro, que no sabíamos dónde estaba.

Yo lo único que hacía era rogar a Jimmy, que hiciéramos algo por mientras.

Jimmy molesto y nervioso, no respondía, estaba muy preocupado.

Al fin, llegamos, y nos encontramos con la sorpresa, que unos lugareños con unos sacos estaban apagando el fuego, golpeándolos contra el fuego.

Jimmy y Alicia también se pusieron a ayudar, mientras yo iba a ver a los niños que estarían asustados en la casa.

Todos a mi alrededor, como gallina con pollos, miraban como golpeaban el fuego y gracias a Dios, se iba apagando.

Al fin, casi cuando no quedaba ya fuego, llegó el bendito carro metiendo tremendo ruido, abriéndose paso con la sirena.

Así, ellos terminaron de apagar totalmente el incendio.

Pasaron unas horas, para lograr sacar el humo de la casa y poder tranquilizarnos un poco.

Abrir ventanas y sacudir cubrecamas, ¡Todo el ambiente estaba pasado a humo!

Todo este siniestro comenzó como a las 6 de la tarde y al fin termino a las 7:30 de la tarde.

Ya pudimos sentarnos en la mesa y descansar un poco, beber agua, ir al baño.

Luego, la preocupación:

¿Dónde está Ramiro?”

Alicia lloraba, porque pensaba que Ramiro quizás que cosa podría hacer, por el miedo que tendría por lo que había hecho.

Quiso salir a buscar a Ramiro.

Salimos en el auto, con los niños a buscar a Ramiro.

Preguntamos a la gente si había visto a un niño con camiseta azul, pelo negro, de 10 años.

No obtuvimos ningún resultado.

Luego fuimos a la playa, a buscarlo.

A las 8 la playa estaba vacía, todos llamando a Ramiro, buscándolo en la playa con los niños, por todas partes.

Nada, no aparecía Ramiro-

Mi hermana temía que Ramiro llevado por el miedo, se hubiera lanzado al mar.

Estuvimos buscándolo  hasta las 10 de la noche.

NADA.

Ramiro no aparecía.

Volvimos a la casa con los niños, tal vez estaba escondido, y aparecería, cuando anochezca.

Volvimos a la casa,  agotados, tristes, preocupados.

Alicia se paseaba hablando sola y decía:

¡Espérate a que vuelva no mas, lo voy a matar al desgraciado!”

“¡Mira las molestias que nos vino a hacer pasar!”

De pronto, llevada por la ira, resolvió que preparáramos onces no mas, todos los niños estaban hambrientos y agotados.

Pusimos la mesa, y preparamos onces, pero nadie tenía muchas ganas de comer de la preocupación.

De pronto, a las 10: 30 de la noche, aparece Ramiro, tomado de la mano de una señora, que se presentó diciendo:

“Perdón, yo venía a traer a este niño, que lo encontré en mi casa, rezando  a la Virgen en mi Gruta, tiritando y llorando”.   Yo lo invite a pasar y él me contó lo que había hecho y tenía miedo de volver a su casa, porque lo iban a castigar”.

Yo entonces lo hice pasar y como estábamos comiendo un asado en el patio, lo invitamos a comer”.

“Pero ahora, quiso volver, pero yo les pido que no lo castiguen ni lo reten al pobrecito, porque él lo hizo  sin querer y me juró ante la Virgen, que no lo va a hacer nunca más”.

“¡Por favor, no lo castiguen, él es tan bueno y está tan arrepentido!”

¡Todos nos quedamos pasmados escuchando a la señora, nadie se movió siquiera del asiento!

-“No se preocupe señora” dijo Alicia.

-“¡Nosotros no lo vamos a castigar, son cosas de niños!”

Salió Alicia a dejar a la puerta a la señora. Pasó un rato, que ella se alejara.

Y una turba de puñetazos, gritos e insultos, ofensas, indignación de mi hermana y todos los demás cayó sobre el “inocente”, que se tuvo que aguantar la paliza y la gritadera sin derecho a reclamo.

 

¡ÉRAMOS UNA FAMILIA MUY UNIDA!”

¡Y CATÓLICA ADEMÁS!”
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miércoles, 1 de agosto de 2012

Capitulo 77 La sombria empleada

                                               SUCESOS  PARANORMALES
                                                    “La sombría empleada”
                                                                                                                                 1976,  (36 años)
Una vez, mi hermana tenía una empleada joven, muy agradable, que venía del campo.   Era una joven muy sencilla y bien parecida.

Un día llegó una amiga suya del campo, a trabajar a Santiago.   Mi hermana le dio alojamiento mientras encontraba trabajo.

Fui a ver a mi hermana, y me encontré con la novedad de esta invitada, que estaba en la cocina, ayudando a la empleada de mi hermana.  

Yo la miré, la saludé, y sentí de inmediato una presencia negativa, peligrosa, sórdida.   Me extrañó  que una joven de campo me inspirara semejante impresión.   Era una sensación como de repulsión, de asco, de temor hacia ella.

Le pregunté a mi hermana por ella y me contó que estaba buscando trabajo y que ella le había dado alojamiento, en la pieza de su empleada, y mientras tanto.

-    “Y a ti, ¿cómo te cae?”, le pregunté
-     “Bien”, dijo ella, y me miró inquisidora.
-    “¿Por qué me lo preguntas en ese tono? No me vas a decir que le encuentras algo malo, ¿a esta persona también?”
-    “Sí”, respondí.   “No me agrada, es más, me da asco, repulsión, miedo”
-    “¿Por qué, si es limpiecita?, ¿por qué te da asco?
-    “No es ese asco, no sé, no podría explicar.   No sé qué tiene, pero debemos observarla; y eso de que duerman juntas…”
-    “¿Qué tiene?”,
dijo Alicia.   “Si esto no es un HOTEL, no tengo más que una pieza y una cama de empleada.   Además, se conocen de hace tiempo”
-    “Sí”, le dije, “ pero tu empleada es una joven buena, inocentona, y esa mujer la puede dañar”
-    “¿En qué forma?”, me dijo


Me quedé pensando.   “No lo sé”, respondí.   “Es como maligna”

Me fui, y no me dieron ganas de volver a la casa  mientras estuviera esa mujer ahí.

No pasaron ni quince días cuando Alicia me llamó por teléfono, muy afligida.   Fui inmediatamente a su casa.

-    “¿Qué pasó?”, le pregunté

Ella, llorosa y temblorosa, me dijo: “Esa mujer, esa mujer, que tú me advertiste…” Entramos a la casa y me contó.

Sucedió que estaban durmiendo en la noche cuando sintieron unos gritos en la casa.   Álvaro se levantó, los gritos venían de la pieza de la empleada; entonces vio a la empleada desnuda porque la mujer le había sacado su camisa de dormir y estaba peleando con ella, trataba de besarla, mientras ella se defendía.   Álvaro tuvo que abrir la puerta a patadas porque estaba cerrada con llave.   Tomó a la mujer por los brazos, para que soltara a la empleada.  

¿Qué había pasado? Que la amiga era lesbiana y quiso abusar de ella, la desnudó y la acosó sexualmente.   Como esta no se dejara, sacó un cuchillo y la amenazaba que si gritaba, le enterraría el cuchillo en la cara.

La empleada le dio una patada, le botó el cuchillo y gritó, pidiendo auxilio.   Entonces ésta comenzó a forzarla y a taparle la boca para que no gritara, hasta que llegó Álvaro e hizo que la soltara.   Ella, llorando y temblando, se puso su camisón; tiritaba.

Llegó mi hermana, se enteró del asunto y sacó a la empleada y la llevó a su dormitorio, donde le dio algo para calmarla.

Álvaro echó a la mujer de la casa.

Después, la empleada se dio cuenta de que le había robado toda la plata que había juntado para enviarle a sus padres al campo, era su ahorro de cuatro meses, y un anillo.

-    “Y eso que venía del campo”, le dije como talla, para tranquilizarla.

Bueno, lo importante es que no alcanzó a ocurrir nada, fuera del susto de la empleada.

-    “Nunca más voy a dejar de hacerte caso”, gritaba Alicia.
-    “¿Pero, cómo supiste, la pieza que era?”,
repetía “¿cómo?, ¿cómo?”
-    “Yo no lo sé, hermana, y no me sigas hablando de ese tema, porque me asustan las cosas que me pasan y no las comprendo”
-    “¡Menos mal que Álvaro evitó que la chica fuera violada!”


Más tarde, Alicia me contó que sentía sus pasos subiendo las escaleras, después de haberse ido.


Interpretación de Marión

1    Definición del fenómeno: Percepción extra-sensorial

2    Aptitudes Utilizadas: 

a)    Intuición del lenguaje corporal, es decir, captación de lo que era la mujer, a través de sus gestos, mirada, actitud.
b)    Sensibilidad instintiva: Impresión de su forma de ser, inmediatamente (“negativa, sórdida”)
c)    Capacidad de captar energía de otra persona: Captación de su aura.
d)    Uso de cuchillo: Maldad y violencia
e)    Inconsciente homofóbico: (Captar el lesbianismo inmediatamente) Esta homofobia viene, generalmente, de una experiencia anterior, de lesbianismo, ya sea ver alguna lámina lésbica o tener  una experiencia traumática lésbica (caso de Gabriela, que vi la foto en el baño de su casa, besándose con su amiga), (Marión no lo sabía)
f)    Captación de mala energía de la otra persona: Se comprueba, también, porque su energía negativa quedó en la casa, después de haberse ido ( mi hermana sentía sus pasos en la escalera, cuando ya no estaba) Leer más...

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De Izquierda a derecha Miguel Socías, Fabiola Soriano, María Antonieta Montecinos y James Parker