Año: 1949, Edad: 9 años
El tío Lino era hermano de mi papá y esposo de la tía Lila. Vivían en Siglo XX también, en una casa en un segundo piso. Yo siempre lo recuerdo, porque era muy cariñoso con nosotros, nos llevaba a estrenar los juguetes de navidad al parque forestal. Era muy alegre, muy buen mozo (en eso la tía Lila no exageraba), era un excelente padre y esposo. Adoraba a la tía Lila y a sus hijos, Mariluz, Cristina y Patricio.
El era muy creativo, siempre andaba reparando cosas que ni sabía componer, pero igual se las arreglaba de algún modo y salía airoso. Pero no siempre lograba reparar las cosas; a veces arreglaba relojes, y cuando se cansaba con alguna pieza que no encajaba decía:
“¡Ah esta porquería está de más!”
Y ahí se quedaba paralizado el reloj. Sin embargo, la mayor gracia que yo recuerdo de él fue cuando se metió a arreglar el horno de nuestra casa. De pronto sentimos una explosión espantosa en la cocina. Cuando fuimos a ver, con mi hermana casi nos morimos de la impresión. Estaba el tío Lino con su cabeza metida en el horno, sale con la cara totalmente negra y el pelo rubio , tan lindo que tenia , todo chamuscado, completamente quemado, sin pestañas ¡que espanto!, parecía un fantasma.
Mi papá que siempre soñó con ser doctor, fue a buscar su maletín de primeros auxilios y comenzó a atenderlo rápidamente. El tío ni se quejaba, pero estaba asustado y todos los niños a su alrededor estábamos espantados de verlos. Él no miraba tratando de sonreír, pero mis primos y hermanos no nos sonreíamos ni un poco.
Era un espectáculo paralizante ver su rostro todo quemado, sin pestañas, el cabello todo quemado y echando olor a humo. Las manos negras, los brazos con los vellos quemados. “Nunca supimos que diablos pasó, que le falló esta vez”. El pobre estaba mudo, mientras mi papá ejercía su profesión con mucho esmero.
¡Como estaría de nervioso que ni siquiera lo retó!
Genial, me rei mucho, continue ..
ResponderEliminarEncontre el blog por casualidad y fue lo mejor que me ah pasado
me rio mucho
buen trabajo