Al Lector; por María Antonieta Montecinos

Esta biografía ha nacido de la necesidad, en primer lugar, de dar a conocer a mis hijos y descendientes, la historia de mi vida,...Leer Más>>>

viernes, 24 de septiembre de 2010

Comentarios al Capítulo 48

Que maravillosa conexión de almas la de Antonieta y Jorge, sin duda compartían una naturaleza muy afin, rasgos y gustos muy parecidos. Su relación era de una compenetración profunda y espiritual, sin embargo no había entre ellos las diferencias necesarias para poder complementarse, ambos tenían formas parecidas y requerían de parejas semejantes, que no lograron ser el uno para el otro. En ese espacio surge Augusto, quien era amigo de Jorge porque se complementaba bien con él, del mismo modo que se interesó románticamente en Antonieta por el mismo motivo.

Que la relación con Jorge no llegara nunca a ser amor romántico representó un gran dolor y enigma para Antonieta, le explicamos que entre personas demasiado parecidas surge con más facilidad la ternura que el erotismo -los dos tipos de amor que combinados forman el amor romantico- , es por eso que era dificil lograr que la relación pasara a constituir pareja, en especial ante la presencia de Augusto que de alguna manera "los completaba" conformando un triángulo amoroso. El triángulo tiene el problema de que generalmente se tiende a producir una pareja y el tercero queda excluido, dependiendo de la situación y relación del momento el trío se descompone en un duo y un excluido, siendo el tercero excluido el que acumula la tensión que Jorge expresaba en sus deseos de acabar con su vida.

La solución al triángulo hubiera sido que cualquiera de los tres hubiera desarrollado los rasgos del diferente a sí, en grado suficiente como para dejar de necesitarlo como a una muleta, pero los conflictos de cada uno impidieron que Jorge o Antonieta desarrollaran las características que tenía Augusto, si hubiera sido posible la pareja habría podido llegar a ser muy plena. En el caso de Antonieta al menos, los conflictos con la expresión de afecto y particularmente del erotismo, que se ven en sus comentarios ante los besos que le daba Jorge a su polola, dficultaron que esto pudiera ocurrir.

En sencillo, Antonieta no pudo enamorarse de Jorge por falta de madurez y a raíz del trauma, no por maldad o frialdad. El triangulo por su parte, conservó fuerza y dará para otros relatos más adelante en la vida de la autora.

4 comentarios:

  1. Querido Miguel: creo que con este comentario de mi " amigo Jorge" superaste toda imaginacion. Jamas ningun Psicologo, que he visto muchos, hizo tan profundo analisis del problema. Era exactamente como yo me sentia, encerrada en una situacion incomprensible , llegaste hasta lo mas profundo del problema. Gracias, gracias, por librarme de una roca mas que yo llevaba a mis espaldas ,unsufrimiento y culpa infinito.
    Por eso yo digo que ustedes son lo maximo.
    Ya quisiera yo tener tanta capacidad de comprender mis situaciones y poder ayudar a los demas como ustedes lo hacen.

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  2. Hola Miguel;
    Muy buen comentario.

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  3. Me alegara mucho que te pareciera bueno, como tu dices el amor no se manda, pero si puede mezclarse y confundirse.

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De Izquierda a derecha Miguel Socías, Fabiola Soriano, María Antonieta Montecinos y James Parker